lunes, 15 de octubre de 2007

¿De dónde venimos?

PANAMÁ


Panamá es donde las culturas indígenas y europeas se unen para formar un país inigualable. La arquitectura a través del país refleja los diferentes grupos que la habitan. La Comarca Kuna Yala de los aborígenes Kuna con sus chozas, marca un contraste con las casas construídas por los inmigrantes suizos, yugoslavos, suecos, alemanes y norteamericanos en los estilos propios de sus países.



La República de Panamá es un país de América Central, ubicado entre Costa Rica y Colombia, el Mar Caribe y el Océano Pacífico.
Panamá La Vieja es el nombre con que se conoce a los vestigios arquitectónicos del Conjunto Monumental Histórico de la primera ciudad española, fundada en la costa del Pacífico de América el 15 de agosto de 1519 por Pedro Arias de Ávila. Desde aquí salieron las expediciones que culminaron con la conquista del Imperio Inca del Perú en 1532. Además, fue punto terminal de una de las rutas comerciales más importantes de la historia del continente americano y que giró en torno a las famosas ferias de Nombre de Dios y Portobelo y en el cual se estima que durante su período de vida pasó casi todo el oro y la plata que obtuvo España de América.
La ubicación de Panamá la Vieja tenía muchos inconvenientes. No había agua fresca y estaba rodeada de pantanos y manglares, haciéndola muy propensa a diversas epidemias y enfermedades. El puerto local era muy llano, lo que no permitía barcos de mayor calado. No obstante, el mayor problema era la forma de la ciudad, larga y en forma de L, lo que la hacía difícil de proteger y vulnerable a los ataques piratas.
Su incendio, destrucción y saqueo ocurrió en 1671 cuando fue tomada por el pirata Henry Morgan, lo que produjo la mudanza y construcción de la nueva ciudad de Panamá en 1673 y que hoy se conoce como Casco Antiguo. Panamá La Vieja es uno de los atractivos urbanos que puede visitarse fácilmente y recorrer sus monumentos caminando por sus viejas calles empedradas cubiertas de césped para conocer su historia de más de 476 años. En la actualidad se han iniciado excavaciones arqueológicas dirigidas a su restauración y su administración se lleva a cabo por un Patronato conformado por el Gobierno, un Club Cívico y la Empresa Privada.
Las ruinas de la antigua ciudad todavía se mantienen incluyendo la torre de su catedral y son una atracción turística conocida como el conjunto monumental histórico
de Panamá la Vieja, reconocida como patrimonio de la humanidad.


Nuestra Señora de la Asunción, Panamá Viejo

Siendo un punto de encuentro en la historia de los países Latinoamericanos, Panamá es un país formado por varias culturas y tradiciones que le han dado una profundidad única y un ambiente exótico. La diversidad étnica se refleja en productos tradicionales como los tallados de madera, máscaras ceremoniales, cerámicas, como también en la arquitectura, comidas y festivales.
En lo que hoy es el casco de la ciudad colonial, que se inicia en la Plaza de Francia, aún pueden verse los restos de las sólidas murallas, minúsculas fortalezas, desde las cuales vigilaban los centinelas. Allí se alza también el monumento en honor a los ingenieros franceses, iniciadores en la construcción del Canal Interoceánico y doce lápidas de mármol relatan la historia del Canal.Ayer, como hoy, la imponente Catedral Metropolitana, frente a la Plaza de la Independencia, domina el área que concentra construcciones de la época colonial, algunas en ruinas, otras en uso.Ciento ocho años se invirtieron en la construcción de calicanto de la Catedral, consagrada en 1798. Sus torres, adornadas con madreperlas que brillan con el sol, todavía dejan escuchar tres de las campanas que fueron testigo del esplendor, la gloria y la destrucción de la antigua ciudad.


Las Bóvedas en la Plaza de Francia

También frente a la plaza, está el histórico Palacio Municipal donde, el 3 de noviembre de 1903, se firmó el Acta de la Independencia. En una avenida lateral, cercana a la plaza, se levanta la Iglesia de San José, que data de 1671. Allí se encuentra el famoso Altar de Oro, de estilo barroco, que decoraba el templo de los religiosos Agustinos en Panamá La Vieja y que fue salvado de la codicia de los piratas cubriéndose con albayalda. En la misma avenida, desafía a los siglos el famoso Arco Chato, de 50 pies de largo por 35 de alto, maravilla de ingeniería que fue sostén del desaparecido coro del Convento de la Orden de los Dominicos. Se dice que la decisión final de construir el Canal por Panamá se debe al Arco Chato, prueba inequívoca de que Panamá, además de su posición geográfica, ofrece la ventaja de no sufrir terremotos. Al lado se encuentra el Museo de Arte Religioso Colonial.El Palacio Presidencial, con su patio morisco y una fuente llena de, ofrece al visitante los murales de Roberto Lewis.



































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