lunes, 19 de noviembre de 2007

PANAMÁ COLONIAL

Panamá Colonial
1539-1821
La ciudad de trasladó a lo que hoy se conoce como la Panamá Histórica o Colonial (foto 1) con todas sus órdenes religiosas, sus calles, avenidas y hasta sus plazas. De 1673 a 1910 la ciudad estaba amurallada, y aun hoy perduran algunos flanco de ella, como el de la (foto 2) llamado "Baluarte Mano de Tigre", pero casi todo fue demolido a principios del siglo XX. Murallas adentro, los europeos introdujeron muchos estilos arquitectónicos, se pueden apreciar tendencias españolas, francesas, italianas, etc



foto 1

foto 2

La Catedral Metropolitana (foto 3) es de estilo Colonial en su fachada, y Neoclásico en sus torres de campanarios revestidas de concha de nácar que representa la riqueza marina de Panamá. La tendencia italiana se plasma en el Palacio Municipal (foto 4), y en otros edificios como el Palacio de Gobierno o la Corte Suprema de Justicia.

foto 3

foto 4

Tanto la Catedral como el Palacio Municipal, se encuentran en la Plaza Mayor, o denominada también Plaza de la Independencia. Pero hay muchas más edificaciones, plazas, iglesias o Museos por los que perderse, en el Casco Histórico.
En el llamado "Casco Viejo", fundado en 1673, se podrá apreciar entre otras rarezas el famoso Arco Chato, una fabulosa obra arquitectónica.


domingo, 11 de noviembre de 2007

Panamá Precolombino

La República de Panamá es un país con una basta cultura indígena, actualmente cuenta con varios grupos étnicos; cada uno con sus propias características, costumbres y tradiciones que los hacen únicos, uno de ellos es la etnia Ngobe Buglé, anteriormente conocidos como "Guaymíes".

Este grupo étnico ocupa el territorio de las regiones montañosas de las provincias de Chiriquí, Veraguas y Bocas del Toro. Inicialmente eran una clase separada, Ngobe y Buglé, y no fue hasta 1997 que se unieron creándose así la Comarca Ngobe-Buglé.

Los Ngobe Buglé son el grupo indígena con mayor población en el país, consta aproximadamente de 123,000 individuos y representan el 65.6% de la población indígena total de Panamá
Los mismos constituyen caseríos (conjuntos entre 2 a 6 casas) ocupadas por personas que provienen de un mismo vínculo de sangre. Las viviendas son de diseño circular, construida directamente en el suelo.

Hoy, se aprecian cambios aculturativos en el diseño de la vivienda, como en la adopción, cada vez más usual, de los núcleos de viviendas a modo de pequeñas aldeas.

En Chiriquí, desde los primeros años del presente siglo se ha observado una tendencia a la formación de pequeños caseríos. Estos, no suelen tener por los general más de siete o diez casas, y se trata de viviendas de familias emparentadas.


En Veraguas se ha reportado como tradicional la vivienda circular y techo cónico, a la que añade el uso de “paja peluda” para forrar las paredes por donde fácilmente se cuela “el frío ventarrón”. En torno a las casa de vivienda, tanto en Chiriquí como en Veraguas, se hallan algunas estructuras sin paredes donde instalan fogones, además existente en el interior de la casa. En relación a esto, se ha señalado que la existencia de dos fogones corresponde a los criterios de tabú en vinculación con la enfermedad, la preñez y la menstruación. De acuerdo con ello, el fogón utilizado en la circunstancia mencionada se denomina “nío-gua-boin” mientras que el de uso común se llama níogua-kói.
En Bocas del Toro, en la región costera, la vivienda guaymí, característica sobre pilares y tiene generalmente un plano rectangular. El techo, de igual forma, se hace por lo general con palmas y el piso con troncos de palma partidos. Se sube a la vivienda por una escalera monóxila, tallada en escalones. En algunas islas de Bocas del Toro es frecuente encontrar techos de zinc, ya que la palma guágara (Sabal allenii) se encuentra cada vez menos; también es común encontrar paredes hechas de tablones, los que se compran en los aserríos de Bocas del Toro. En el río Cricamola, las viviendas guaymíes que se encuentran orillando e río o a distancia del mismo siguen el patrón de erección sobre pilares, aunque allí las paredes se hacen con caña blanca y el techo con “guágara”.
El mobiliario de la vivienda, está reducido a las plataformas que se adosan a las paredes y que, cubriéndolas con un cuero de vaca, sirven para dormir; algún banco ocasional fabricado burdamente de un pedazo de tronco, y en algunos casos, una hamaca. En el interior de las viviendas se encuentran siempre el “jorón” o ático, donde se guarda la cosecha. Numerosas chácaras penden por doquier, guardando pertenencias y alimentos, y en muchos casos oficiando a modo de cuna para los infantes

Bokota (Buglé)

Según el Censo de 1990, la población de los Bokotas (conocidos como Bugleres, sabaneros o murire) es de 3,784, los cuales se encuentran ubicados en la parte oeste del Istmo de Panamá, en las provincias de Veraguas y Bocas del Toro.
Este grupo étnico se encuentra sometido bajo la autoridad del Cacique Guaymí de Veraguas.
Antiguamente, las viviendas de este grupo se distinguían por su techo circular. Hoy día, la mayoría utilizan viviendas de techo rectangular.


Kuna (Tule)

El censo de 1990 fija la población de los Kunas en 47,298 habitantes. Un sector mayoritario vive en el archipiélago de Las Mulatas, conocido como San Blas (hablan como dialecto el kuna tutlu-galla), y un grupo minoritario que vive en plena zona de selva tropical húmeda en las márgenes de los ríos Chucunaque, Bayano y Tuira en la Provincia del Darién.

El tipo de vivienda es de bohío de paja y caña brava, donde el mobiliario es escaso, no obstante, utilizan las hamacas para dormir.



Las casas de los Kunas normalmente estám construidas en terrenos planos sobre el suelo arenoso. La misma constituye una gran habitación que sirve para dormir, la cual recibe el nombre de Nega Tumat (casa grande). La habitación destinada para los quehaceres domésticos y preparación de alimentos (cocina) se le conoce como Soenga (casa de fuego).


Chocoes
(Wuanan-Emberá)

De acuerdo al Censo de 1990, la población de los Chocoes asciende a 17,264, de los cuales 14,264 corresponde a la etnia Emberá y 2,605 a la Wounan, las cuales se encuentran principalmente en la provincia del Darién. Sin embargo, se observan además, en los distritos de Chimán y Chepo en la provincia de Panamá.

Los Emberá y Wounan históricamente provienen del Departamento colombiano del Chocó, de donde adquieren el nombre popular de "Chocoes". No obstante, en realidad, constituyen dos grupos lingüísticos diferentes, los cuales mantienen una historia y cultura similar.

Las viviendas de este grupo étnico, se caracterizan por la distancia que guardan unas de otras, muchas veces, considerables. Se prefiere ubicarla a orillas de los ríos (Sambú, Jaqué, Chico, Tuquesa, Tupiza, Tuira, Yapé y Tucutí), en una pequeña loma que la ponga a salvo durante las crecidas. Las mismas son levantadas sobre pilote. El techo tradicional es cónico, aunque es posible verlos de dos o cuatro aguas. Los Emberá y Wounan no utilizan mobiliario. Se sientan en el piso o sobre pequeños bancos tallados en madera, mientras las camas son de esteras hechas con cortezas.




Teribe (Nasos)

De acuerdo a los datos arrojados por la Contraloría General de la República, el censo de 1990, fijó la población de los Teribes o Nasó en 2,194 habitantes.
Siendo el grupo indígena más pequeño, viven en diversas aldeas o aislados, a orillas del río Teribe, en la Provincia de Bocas del Toro.



La familia teribe es monogámica, donde sus miembros viven en armonía, siendo visible la unión familiar. Como las aldeas están ubicadas a orillas del río Teribe, para proteger sus casas, las construyen sobre fuertes pilares y en pequeñas lomas.




Los otoqueños u otoquenses

Otoque, es una de las tres islas muy cercanas situadas en el Océano Pacífico frente a Punta Chame. Las islas pertenecen al distrito de Taboga en Panamá.
En la isla se fundaron algo mas tarde dos poblaciones, separadas por el cerro de la isla. Recibieron los nombres de Otoque Occidente y Otoque Oriente. Con el tiempo esta última creció en todo sentido más que la occidental.

Hoy la emigración de los otoqueños u otoquenses hacia la capital ha disminuido en forma considerable la población, más no del todo.

ARQUITECTURA DE PANAMÁ HOY....

Panamá potencia el "ecoturismo" del país a orillas del rio Chagres a través de un nuevo complejo.

Panamá ha comenzado a potenciar el "ecoturismo" del país a orillas del río Chagres a través de la promoción del Gamboa Rainforest Resort, un complejo eco-turístico, mezcla de naturaleza e historia y cuyo principal objetivo es el cuidado del medio ambiente, la conservación de la historia y la preservación de la arquitectura panameña.
Este complejo, en el que se encuentran antiguedades de la época de la construcción del Canal, posee 107 habitaciones distribuidas en dos secciones. Las puertas principales de las habitaciones están talladas en madera con motivos ecológicos en consonancia con el objetivo del complejo Eco-turístico. Así mismo, el Gamboa Rainforest Resort cuenta con 86 villas históricas construidas en 1930 y recientemente renovadas e incorporadas dentro de las instalaciones.



Gamboa Rainforest Resort

otras contrucciones de hoy con características precolombino:







lunes, 5 de noviembre de 2007

Propuesta del Arquitecto Daniel Fernandez Shaw para el problema de los barrios.

Los barrios carecen de una estructura urbana lo cual se traduce en escasez de agua y la merma de otros servicios públicos y como solución de estos problemas la propuesta del Arq. Daniel Fernandez Shaw es la de organizarse en condominios para vivir mejor, ya que el mecanismo del condominio otorga un sentido de propiedad comunitaria que hace que los miembros preserven la integridad, limpieza y seguridad de su espacio.

La propuesta del Arquitecto Daniel Fernández-Shaw busca que los barrios populares del país sean remodelados en su estructura física y de servicios, a través de un proyecto de diseño urbanístico, que convierta un sector del barrio en una isla de excelencia con respecto al resto de la comunidad, para que por etapas se vaya abarcando la totalidad de la barriada, luego los barrios aledaños y sucesivamente todas las comunidades pobres del país. Un proyecto creativo e innovador como el del arquitecto Fernández-Shaw, aplicado sistemáticamente en diversos puntos del país, promueve no sólo el mejoramiento del barrio en sí, sino que ataca directamente la pobreza al dotar a las familias pobres, de una vivienda digna y confortable, con el añadido de que su entorno comunal se transforma en un lugar vivible.

El problema del empleo también se ataca decididamente con una propuesta como esta ya que los habitantes del barrio proporcionan la mano de obra necesaria para la remodelación de las viviendas y para la construcción de los servicios comunes. El pago de remuneraciones justas y de acuerdo con el mercado, posibilita que los trabajadores, además de laborar por su propio barrio (no por su casa en particular), realicen su labor con esmero y entusiasmo. Como quiera que el aprendizaje en construcción, no es tan difícil, sobre la marcha se van corrigiendo defectos y especializándose los talentos. Por otra parte: si hay empleo, hay circulante; y si esto ocurre la economía se dinamiza, ya que como sabemos la construcción tiene un efecto multiplicador sobre la economía.